lunes, 23 de julio de 2012

El Vagabasura


Hoy mientras caminaba vi bolsas de basura tiradas por la calle. A lo lejos parecía que formaban la figura de un vagabundo acostado en el pasto. Cuando me encontraba a pocos pasos del Vagabasura, empezó a hablarme. Primero era un susurro que apenas escuchaba el viento, luego  gritos que exigían mi atención. Me acerqué un poco con precaución, no fuera a pasar que me llenara de desechos alimenticios;  le pregunté insegura qué quería. Tomó aire  y comenzó a recitar un poema.  Para mi sorpresa, lo que decía el Vagabasura era el primer poema de Mario Benedetti que leí, “Utopía”. Los versos retumbaron en los recuerdos, “Sin querer me metí en una utopía y no pude salir…” Me senté junto al Vagabasura a terminar de escuchar el poema y disfrutar cada palabra, después volvería a seguir mi camino, sin pretensiones.  

domingo, 8 de julio de 2012

Un día de julio


     Un mes, sí. Cuarenta y seis días engañada. Treinta y cinco días en duda.  No hay miradas todavía. Es más probable que exista el Chupacabras a que tus palabras sean verdad. Quiero escribir pero es mejor sentarse a ver morir la última flor.

     ¿Dónde quedó lo que fue? Cierto, se lo llevó el viento.



martes, 15 de mayo de 2012

“Los amigos de Carlos Fuentes”



      Me acabo de enterar hace pocos minutos de la muerte de Carlos Fuentes. Sí, la verdad dolió; de los mejores escritores que he leído, un intelectual al que admiro. Todavía recuerdo cuando leí "La voluntad y la fortuna", el primer libro de este gran autor. Y también "Aura", en un día; recuerdo ese sentimiento de descubrimiento cuando supe que él se basó en "La cena" de Alfonso Reyes para escribir "Aura"; cuando leí "Chac Mool" una tarde en la Sogem; esa sensación de emoción que causa leer. 

     El último libro que adquirí de Fuentes fue "Vlad", estaba ansiosa por verlo en la FIL de ese año pero si mal no recuerdo,no  fue por problemas de salud. En este año recuerdo haber leído una entrevista que le hicieron acerca de las elecciones de este año. Aún hay muchas obras que me faltan por leer de Fuentes. Como dijo Chavela Vargas en su cuenta de Twitter :

"América esta de luto. Adiós a nuestro eterno amigo Carlos. Un abrazo con amor para Silvia."



      Aquí dejo un fragmento que escribí sobre una conferencia de Carlos Fuentes  a la que fui en el 2008:

Domingo 30 de noviembre 2008 (18:00 a 19:30).
Esta conferencia es debido al “Homenaje a Carlos Fuentes por su LXXX aniversario”, donde participó obviamente Carlos Fuentes, Gabriel Gracia Márquez, Carlos Monsiváis, Steven Boldy y Sergio Ramírez; Vicente Quirate como moderador.

Cada autor habló sobre cómo conoció a Carlos Fuentes, y naró divertidas anécdotas al respecto. El primero en hablar fue Sergio Ramírez,  seguido por Steven Boldy, Carlos Monsiváis, y por último Carlos Fuentes. Gabriel García Márquez no habló, pues Quirate dijo en su lugar: “yo escribo para no hablar".

A pesar de esperar aproximadamente una hora y recibir empujones de todas las personas por entrar al auditorio, lógicamente, como me gusta este tipo de conferencias y aún más los autores (en lo personal Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes), disfruté mucho cada palabra – y  gestos- de los autores.






lunes, 7 de mayo de 2012

Hoy no estoy

Hoy quiero escribir hasta quedarme sin palabras. Escuchar sin cansancio la misma canción una y otra vez, que el estribillo permanezca en mi cabeza y poco a poco salga de mi corazón. Que alguien arranque la melodía y se la dé a un niño.  Hoy quiero regalar en una caja de cristal cada pensamiento y emborracharme con la última letra de cada suspiro.  Ya no quiero hablar, tampoco escuchar.  El único sonido que hay está en la tierra, por eso siempre ando descalza. No suelo aprender poemas ni leer cuentos de hadas. Cada vez que subo las escaleras tropiezo en el mismo escalón. Veo un cuadro sin color, que sin importar las veces que trate de pintarlo, se vuelve más negro. Nada de lo que escribo es verdad, sólo toma consciencia en mi tristeza. Hoy quiero saltar sobre las flores sin marchitar. Quiero desgarrar el papel con las letras, que sangre de tinta hasta llegar a tocar el alma.

Fotografía de Jean-Baptiste Mondino.

sábado, 5 de mayo de 2012

Leer el sol



     Una luna tan grande como el sol. Un poema sin escribir. Palabras ardientes que se esfuman con la mirada y un rostro que nada en la eternidad. Sueños que sólo se cumplen en el deseo y se olvidan por la mañana. Una mujer que limpia las ventanas de la imaginación sin quitar el polvo del ayer. Sombras que surgen de la boca y emiten gritos que se escuchan en el vacío. No mires lo que no puedes sentir. Escribe cada línea sin pensar, aun si estás sentado en una banca recién pintada. Las olas maúllan y el viento deja pasar las ambulancias que se pierden en la obscuridad. No volveré a leer lo que ya sé. Una libertad que se anida en el pensamiento. Esencia en la tierra pero no en las dudas.  La sangre que cae del alma se deshace al tocar el cielo. Personas con sombrero para que no vuelen las ideas y un espejo que refleja lo que no hay. Que escuchen los ojos y hablen las orejas. Desnuda hasta las uñas. Permite que el sol te queme y la nieve te congele.  Cada color es una fantasía, cada bostezo cumple una. Deja que el silencio conozca tus pecados pero confiésalos a una semilla y que de ésta nazcan raíces que formen un árbol tan grande como tu ser. Lanza al mar cada beso que no diste.  Roba lo que hay en las azoteas, limpia las dentaduras podridas. Saca cada fuego sin apagarlo. Se una luna más grande que el sol. 

sábado, 28 de abril de 2012

Más películas de Studio Ghibli

      Hace un poco de tiempo vi más películas de Studio Ghibli, me encantan, cada vez faltan menos para terminar toda la colección:
Nausicaä del Valle del Viento
Recuerdos del ayer
Porco Rosso
La princesa Mononoke
Mis vecinos los Yamada
Cuentos de Terramar
Kokuriko Zaka kara

     Aquí algunas imágenes  que más me gustaron de algunas películas:


Arrietty y el mundo de los diminutos de Hiromasa Yonebayashi y guión de Hayao Miyazaki.




Kiki's Delivery Service, con dirección, producción y guión de Hayao Miyazaki.





Pompoko de Isao Takahata y producción de de Hayao Miyazaki. Algo curioso en esta película es que a los mapaches que son niños se les ven los huevitos (Dios, soy una vulgar), quise decir testículos. 






domingo, 22 de abril de 2012

Diario de una narcoléptica IV


Yo después del Coloquio en la semana antes de vacaciones.

     Dormir es casi un placer. Uno de esos que no se deben desperdiciar pero tampoco tomar en exceso. ¿A quién engaño? Amo dormir, sin embargo, a veces puede ser un problema. Hace tres semanas, antes de las vacaciones de Semana Santa y Semana de Pascua, estuve durmiendo diariamente... En clases. En cierta parte supongo que fue por el cansancio y desvelos, además de que se me olvidó tomarme el fantástico medicamento que me ayuda a mantenerme despierta, "Modiodal." Toda esa semana me dormí a tal punto que una amiga hizo una galería de fotos en su celular de mí durmiendo. Y gracias a mi estado inconsciente no recuerdo muy bien algunas cosas, como la conjugación del subjuntivo en francés. Cosa que nunca me había pasado ya que tengo la habilidad de aprender o hacer otras actividades mientras duermo (generalmente).

     Ayer, fui a un bautizo y después a la comida. Adivinen; me quedé medio dormida a medio festejo. No una ni dos veces, sino gran parte del tiempo. Qué vergonzoso, lo sé, pero qué hacerle. Después de la celebración pensaba asistir a una reunión en Chapultepec pero me dormí todo el camino a mi casa y me desperté apenas entrando a la calle donde vivo. Bajé del carro, di las gracias y adiós mundo,  dormí hasta aproximadamente las nueve y media de la noche y abrí los ojos de nuevo gracias a mi madre que me fue a levantar, "para que te quites el vestido y acomodes la cama". Tuve un sueño tan profundo que ni siquiera escuché las veces que me hablaron por el iPad, el cual estaba a mi lado y con el volumen máximo.

      A veces me siento como la chica que duerme todo el tiempo y no puede despertar del libro de Haruki Murakami, Alter Dark. Sólo a veces. 

viernes, 13 de abril de 2012

Totoro es abrazable


     El año pasado vi por primera vez Mi vecino Totoro, otra película  Hayao Miyazaki.  Es una película excesivamente alegre, me anima. Además, cada vez me faltan menos para completar todos los filmes que ha sacado el Studio Ghibli. Por cierto, están vendiendo la colección de Ghibli, cada caja contiene tres películas, no son caras, digo, sólo por si alguien quiere ayudarme a completar la colección.

     Aquí la lista de las películas que me falta por ver pero espero terminar este año:
El castillo en el cielo
Nausicaä del Valle del Viento
Recuerdos del ayer
Porco Rosso
La princesa Mononoke
Mis vecinos los Yamada
Cuentos de Terramar
Kokuriko Zaka kara

Y aquí algunas de mis partes favoritas de Mi vecino Totoro.













lunes, 9 de abril de 2012

Yo, de niña... Parte I

     Hace poco comencé a ver algunos vídeos viejitos sobre caricaturas, que me recordaron que yo llegué a verlos. Así que a partir de ahí me surgió la idea de buscar las caricaturas que veía cuando era niña. He aquí algunos openings de ellas:

(Nótese que hay mucho anime)
Por cierto, luego subiré más.



Pokemón 


Scooby Doo


Un cachorro llamado Scooby Doo


Dinosaurios
Por cierto, yo tenía un muñeco gigante (bueno, igual no tan grande pero para una niña de unos siete años era enorme, del Nene Consentido).


Dragon Ball Z (no podía faltar)


Two Stupid dogs


Ranma 1/2


Monster Rancher


Animaniacs


Johnny Bravo


Beattlejuice


El laboratorio de Dexter



sábado, 10 de marzo de 2012

El humano es un colibrí


   


    Esta mañana me levanté a la hora acostumbrada, casi las seis de la mañana. Después me fui a la universidad, directamente al salón de clase correspondiente. En los últimos días que voy hacía allá he notado que se alcanza a ver gran parte de la ciudad, especialmente el Hotel RIU -por supuesto, ¿desde qué punto no se alcanza a ver ese edificio?- además, se ve el amanecer con su degradación de colores.



     Pero ese no es el punto que me llamó tanto la atención, sino que al entrar al salón encontré dando vueltas en el aire a un pajarito con pico largo... Sí, un colibrí. Lo primero que vino a mi mente fue "¿cómo diablos entró? Obviamente la respuesta sería por la puerta o las ventanas que tienen forma de reja de las cuales no recuerdo el nombre... ¿ventanillas?  Todavía faltaban algunos minutos para que comenzara la clase, así que pensé en cómo podría sacarlo del aula. No se me ocurría nada, pues atraparlo sería imposible; volaba rápido y audaz. Abrí algunas ventanillas.

      Para cuando comenzó la clase varios seguían mirando al colibrí pero nadie hacía nada. Dejamos la puerta abierta. Volaba de un lado a otro del salón, chocando con el vidrio de las ventanas que no se pueden abrir o con la pared. Se escuchaba el golpe por toda la aula, hasta a mí me dolía. 

     Después de varios minutos el colibrí dejo de volar y fue a una parte alta del salón, donde están las persianas y se puso a descansar, siendo invisible por lo que quedo de la clase; muchos pensaron que ya se había salido. 

      El humano es como ese colibrí que no puede salir. Pasó numerosas veces al lado de la puerta abierta pero parecía que no la veía, las ventanillas estaban a su lado y a pesar de ello, no salía. 



*Texto escrito el 12 de enero del 2012.











jueves, 2 de febrero de 2012

Un año, doce girasoles


Fotografía de Lara Jade.

Hace dos días, exactamente el último día del mes de enero, decidí que regalaré este año doce girasoles.  Ya di el primero.

Iba caminando por la calle y me encontré una flor, no sé el nombre pero trataré de dar una descripción: son rosas, caen de los árboles; no tienen petalos, sino que se abren como pulpos, es decir, tienen muchas hebras.  En fin, luego pondré una foto. 

El punto es que recogí esta flor y me fui jugando con ella todo el camino.  En una calle un hombre (bastante sexy) pasó junto a mí y traté de “analizarlo”, como mi profesor de Medios impresos lo hizo en una clase de forma rápida; me fijé en su ropa, desde sus zapatos hasta el cabello. Fue interesante.

Continué caminando y miré más personas. No siempre ha sido de mi interés conocer gente extraña a media calle – y sigue sin serlo – pero en cada uno miraba un todo; algo desconocido, como si esa persona sin importar si es hombre o mujer representará todo lo que es la sociedad, México, el universo.

En el transcurso fui pensando en él hombre, en los demás que vi y en más cosas que no logro concentrar en una idea concreta.  Hasta que, como un flashazo, se me ocurrió que regalaría flores cada mes a alguien.  Esta persona deberá ser desconocida para mí, a alguien que me llamé la atención en la calle, mientras camino y tras mucho pensarlo, el día del mes lo elegiré al azar.

Quizá se pregunten, “¿por qué un girasol?” Hay muchas razones. Desde hace tiempo es mi flor favorita, siempre mira al sol. He plantado varios. Unos fueron personas y fotografías; otros los regalé a una persona que me ha enseñado mucho y que quiero. Plantaré más este año… ya veré luego para qué. Cada girasol es único. Más que lo que fueron, son y serán, para mí un girasol representa todo; el que miras siempre al sol, a la luz, un sol llena a todos de calor, el sol está aquí y allá, un sol es vida.

No sé exactamente qué ganaré con esto ni por qué lo hago, espero aprender.  Iré comentando a través de este medio mis resultados.

Girasol I

Sí, ya lo regalé. Ese último día del mes de enero, mientras caminaba, como lo dije anteriormente, se me vino repentinamente la idea de regalar; en menos de dos minutos vi a la primer persona a quien quería regalarle uno. Una mujer que he visto desde finales del año pasado caminar en andadera por las calles, siempre. Nunca supe hacía dónde se dirigía cada vez que la veía, pensaba que salía a dar un paseo… Hasta hace poco. Se va a sentar a una panadería-café, eso lo descubrí una vez que pasé por ahí y a partir de ese día, comencé a verla más seguido en esa panadería, cada vez que pasaba por ahí a cierta hora.

Cuando la vi medio dormida, con el cabello gris y largo sobre sus hombros y una taza de café sobre la mesa, supe que debía darle a ella la primera flor. La única que traía en la mano era la que cayó del árbol y por un momento pensé en dársela. Me dio miedo, pena, qué se yo. Obvio no me regresé a comprar un girasol, no tenía tiempo y aunque la hubiera comprado creo que no me hubiera atrevido. Le di la flor mentalmente, luego se la daría en físico.

Hoy la compré y caminé hasta pasar por la panadería. Para mi decepción, no la encontré… Pero sé que va todos los días; le pregunté a una chica que trabaja ahí y como no había ido aún, se la dejé para que se la diera. No quise en un principio porque prefería dársela personalmente pero sería muy difícil encontrarla y no compraría un girasol cada vez que pasé por ahí, esperando que esté.  En fin, se lo di a la chica y me fui; creo que se desconcertó un poco. Confío en que se la dé, se ve que lo hará.