martes, 15 de mayo de 2012

“Los amigos de Carlos Fuentes”



      Me acabo de enterar hace pocos minutos de la muerte de Carlos Fuentes. Sí, la verdad dolió; de los mejores escritores que he leído, un intelectual al que admiro. Todavía recuerdo cuando leí "La voluntad y la fortuna", el primer libro de este gran autor. Y también "Aura", en un día; recuerdo ese sentimiento de descubrimiento cuando supe que él se basó en "La cena" de Alfonso Reyes para escribir "Aura"; cuando leí "Chac Mool" una tarde en la Sogem; esa sensación de emoción que causa leer. 

     El último libro que adquirí de Fuentes fue "Vlad", estaba ansiosa por verlo en la FIL de ese año pero si mal no recuerdo,no  fue por problemas de salud. En este año recuerdo haber leído una entrevista que le hicieron acerca de las elecciones de este año. Aún hay muchas obras que me faltan por leer de Fuentes. Como dijo Chavela Vargas en su cuenta de Twitter :

"América esta de luto. Adiós a nuestro eterno amigo Carlos. Un abrazo con amor para Silvia."



      Aquí dejo un fragmento que escribí sobre una conferencia de Carlos Fuentes  a la que fui en el 2008:

Domingo 30 de noviembre 2008 (18:00 a 19:30).
Esta conferencia es debido al “Homenaje a Carlos Fuentes por su LXXX aniversario”, donde participó obviamente Carlos Fuentes, Gabriel Gracia Márquez, Carlos Monsiváis, Steven Boldy y Sergio Ramírez; Vicente Quirate como moderador.

Cada autor habló sobre cómo conoció a Carlos Fuentes, y naró divertidas anécdotas al respecto. El primero en hablar fue Sergio Ramírez,  seguido por Steven Boldy, Carlos Monsiváis, y por último Carlos Fuentes. Gabriel García Márquez no habló, pues Quirate dijo en su lugar: “yo escribo para no hablar".

A pesar de esperar aproximadamente una hora y recibir empujones de todas las personas por entrar al auditorio, lógicamente, como me gusta este tipo de conferencias y aún más los autores (en lo personal Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes), disfruté mucho cada palabra – y  gestos- de los autores.






lunes, 7 de mayo de 2012

Hoy no estoy

Hoy quiero escribir hasta quedarme sin palabras. Escuchar sin cansancio la misma canción una y otra vez, que el estribillo permanezca en mi cabeza y poco a poco salga de mi corazón. Que alguien arranque la melodía y se la dé a un niño.  Hoy quiero regalar en una caja de cristal cada pensamiento y emborracharme con la última letra de cada suspiro.  Ya no quiero hablar, tampoco escuchar.  El único sonido que hay está en la tierra, por eso siempre ando descalza. No suelo aprender poemas ni leer cuentos de hadas. Cada vez que subo las escaleras tropiezo en el mismo escalón. Veo un cuadro sin color, que sin importar las veces que trate de pintarlo, se vuelve más negro. Nada de lo que escribo es verdad, sólo toma consciencia en mi tristeza. Hoy quiero saltar sobre las flores sin marchitar. Quiero desgarrar el papel con las letras, que sangre de tinta hasta llegar a tocar el alma.

Fotografía de Jean-Baptiste Mondino.

sábado, 5 de mayo de 2012

Leer el sol



     Una luna tan grande como el sol. Un poema sin escribir. Palabras ardientes que se esfuman con la mirada y un rostro que nada en la eternidad. Sueños que sólo se cumplen en el deseo y se olvidan por la mañana. Una mujer que limpia las ventanas de la imaginación sin quitar el polvo del ayer. Sombras que surgen de la boca y emiten gritos que se escuchan en el vacío. No mires lo que no puedes sentir. Escribe cada línea sin pensar, aun si estás sentado en una banca recién pintada. Las olas maúllan y el viento deja pasar las ambulancias que se pierden en la obscuridad. No volveré a leer lo que ya sé. Una libertad que se anida en el pensamiento. Esencia en la tierra pero no en las dudas.  La sangre que cae del alma se deshace al tocar el cielo. Personas con sombrero para que no vuelen las ideas y un espejo que refleja lo que no hay. Que escuchen los ojos y hablen las orejas. Desnuda hasta las uñas. Permite que el sol te queme y la nieve te congele.  Cada color es una fantasía, cada bostezo cumple una. Deja que el silencio conozca tus pecados pero confiésalos a una semilla y que de ésta nazcan raíces que formen un árbol tan grande como tu ser. Lanza al mar cada beso que no diste.  Roba lo que hay en las azoteas, limpia las dentaduras podridas. Saca cada fuego sin apagarlo. Se una luna más grande que el sol.