lunes, 14 de octubre de 2013

Scooby y la familia

Sobre una maceta de mi mamá.
El pasado 18 de septiembre se fue uno de los mejores amigos en cuatro patas que he tenido, y no solamente yo, también de mi familia, especialmente de mi madre, que en los últimos días no lo bajaba de “pinche perro” porque según ella no la dejaba dormir pero cuando se enfermó, fue a media noche a un hospital para que le pusieran suero porque ella no tenía ni idea de cómo hacerlo.


Scooby tenía trece años y medio, era un perro salchicha color negro, flojo, comía todo lo que había y a veces medio gruñón. En una ocasión, cuando mi primo tenía tres años, agarró un popote y se lo metió en la oreja para soplarle al perro…cuando estaba dormido. Ya se imaginarán que despertó alarmado y le dio una buena mordida; todavía tiene el recuerdo en la ceja, pero aprendió a no molestar de esa forma a alguien cuando duerme.

Trajeron a Scooby cuando yo tenía alrededor de nueve años, así que pasé parte de mi infancia y adolescencia con él. Me acostumbre a que cuando venía a dormir conmigo lo abrazaba como muñeco de peluche… Supongo que por esa razón dejó de dormir en verano conmigo.

Cuando él tenía once años, más o menos, lo atropelló una camioneta, me contaron. Y en lugar de lastimarse, parece que sólo lo golpeó muy fuerte y salió como dos metros volando, por lo que huyó corriendo a la casa lo más que pudo. Por lo menos ya tuvo más cuidado al cruzar las calles.

Tuvo algunas enfermedades a lo largo de su vida, como los humanos nos enfermamos. En el último año le salieron tumores pero andaba como en su juventud, de un lado a otro, molestando, ladrando y lo que más hacía: dormir. Pero en menos de una semana enflacó y se enfermó del hígado, que ya lo tenía dañado, dijo el veterinario.


Siempre que alguien dormía, él estaba ahí. Cuando había comida, él estaba ahí, ladrando. Pero más que nada siempre estuvo para abrazarlo y que te animara el día.


Mi primo, Scooby y yo.

Paty y Scooby hace como uno o dos años.

Paty y Scooby, hace muchos años.

Paty y Scooby, una foto algo vieja.

Scooby y yo en mi bici, como a los nueve años.

Eduardo, ¿Raiza?, Richy, Scooby y yo, un 15 de septiembre.

Scooby durmiendo sobre Niko.

Scooby en sus últimos años.

Así esperaba siempre que Paty se metía a bañar,
 incluso cuando se enfermó y no podía caminar bien.


domingo, 4 de agosto de 2013

Rita y yo



Hace algunos meses – el 28 de enero - se fue uno de mis mejores amigos  y mascotas que he tenido: Rita, una hurona de color café que me acompañó a lo largo de ocho años, desde mi último año de secundaria hasta mi graduación de universidad. Me encantaba abrazarla y verla dormir; aunque siempre que yo me dormía en mi habitación, ella caminaba y hacía un desastre, como morderme las  manos, no sé con qué propósito, quizá que me despertara.


Creo que pasaba más tiempo con ella que con cualquiera, siempre en mi cuarto mientras hacía tareas, dormía, en la computadora…

Originalmente, cuando buscaba un hurón, quería que fuera niño pero en cuanto vi a “ese hurón negro y pequeño”, no me importó si era hembra o macho, así que me la traje. Mi madre se burló durante un tiempo porque estaba sin pelo.

Le agradezco todos los momentos felices que brindó y que no se enfadaba – tanto- de que la abrazara.


Hace tiempo que quiero hacerle un post y poner varias fotos de nosotras pero no sé por qué no lo había hecho. Ayer comencé por segunda vez un juego que me gusta mucho y me di cuenta que la “hada que siempre te acompaña” podía escogerla de varias y una de esas hadas es un hurón. Ya se imaginan cuál escogí. 



















martes, 1 de enero de 2013

Quiero enamorarme


Quiero enamorarme. Olvidar tu rostro y color de ojos. Sentir por la noche la luz de las estrellas, sin nada ni nadie, verte en alguna colgando y jugar hasta dormir. Ser agua en pleno verano para derretirme. No estar en el reflejo de nadie, ni de espejos ni de la persona más valiente. Ser polvo de chocomilk y disolverme. Dejar de acosar  almas inocentes.  Encontrar un sendero entre los matorrales.  Quiero enamorarme, mirar la espuma desvanecerse y volverse más blanca que la nieve.

¡Qué alguien cierre las puertas y saque la basura!

La pintura deje de ser de colores y caiga sobre el pavimento. Oler una rosa y hacerla sonreír. Aislarse y mirar lo que no existe, como un espejismo en el espacio. Volar y bañarse cada noche como método anticonceptivo.

Quiero enamorarme y olvidar lo que nunca pasó.