Arreglando los papeles de mi computadora me di cuenta que tenía el discurso que compuse y dije en el acto académico cuando me gradué de preparatoria, así que decidí subirlo.
Honorable Presídium <- La primera vez que se lo leí a la maestra que me ayudo a corregirlo, dije y escribí "Presidio."
Queridos Padres de Familia
Maestros
Compañeros
Hoy es un día que para algunas personas es un grito de aleluya o un suspiro de nostalgia, pero para todos concluye un capítulo de nuestra vida y da comienzo a uno nuevo. Es un escalón imposible de evitar, y que debemos dar para continuar; es también un triunfo de cada persona, pues hemos logrado uno de nuestros propósitos.
Agradecemos a nuestros padres, que nos acompañaron a lo largo del bachillerato, que nos dieron un cariño irremplazable, y nos han apoyado día con día en el logro de nuestras metas e ideales.
Al Instituto Nueva Galicia, que nos formó en el intelecto, carácter y sentimientos; nos vio madurar con cada amanecer, albergó nuestros sueños y fue donde unimos lazos de amistad. A la Madre Teresa de Jesús Martínez Orozco, que nunca dudó de nosotros y nos dio su incondicional apoyo para cumplir nuestras aspiraciones.
Damos las gracias a cada maestro que hemos tenido la fortuna de conocer; en quienes encontramos una sonrisa amiga; no sólo nos inculcaron conocimientos, sino que fortalecieron nuestros valores, impulsaron nuestros sueños y creyeron en nosotros con cada paso que dimos. No podremos olvidar a aquellos profesores que nos hicieron reír cuando queríamos llorar, como un fisicomatemático que iniciaba hablando de números y terminaba hablando de su esposa (dije "vida" en el discurso); o una bióloga que a pesar de llegar tarde, siempre nos proporcionaba alegría mientras nos enseñaba. Recordaremos con cariño a cada maestro, a Sol, Ivette y especialmente a Lety, que ha permanecido por 50 años laborado en esta Institución. Estuvieron cerca de nosotros, pero dejándonos espacio suficiente para que aprendiéramos por nosotros mismos y llegáramos a ser las personas que somos ahora, capaces de reflexionar, perseverar, y enfrentar las dificultades. Hoy es cuando comprendemos que cada regaño y cada disputa tiene un significado más profundo que una calificación, pues a través del tiempo que vivimos juntos, compartimos lagrimas, anhelos, alegrías y tristezas; cada día fue una experiencia donde comprendíamos el pasado, gozábamos del presente y nos preparábamos para el futuro.
Quizá, en el futuro no recordemos con exactitud todos los conocimientos que llegamos a adquirir, pero lo que jamás se olvidara, son las personas que estuvieron y estarán presentes en nuestra vida, los sentimientos que experimentamos y tal vez, las frustraciones escolares.
Cada uno de nosotros es importante, especial y diferente, por lo que, al ver una foto en el futuro, reconozcamos a esa persona que se caracterizó por ser el más humorístico, el estudioso, el egocéntrico, el dormilón, el amigo, en fin; no somos las mismas personas que cuando iniciamos el bachillerato, hemos cambiado y madurado; debemos mantener un espíritu joven, lleno de esperanza hacia el nuevo futuro.
Sé que estamos preparados para desplegar las alas y volar, seguir creciendo como seres humanos y luchar por lo que queremos. El camino hacia la cima no será fácil, sin embargo, nunca debemos darnos por vencidos, aunque tropecemos en diversas ocasiones y jamás ceder ante el miedo de triunfar. Somos conscientes de nuestra dignidad de personas libres y responsables como agentes de transformación social, prolongando así la Encarnación del Verbo.
Ahora, ha llegado el momento que divisamos tiempo atrás y aunque lo sabíamos no pensamos que sería tan rápido, si apenas ayer nos conocimos. Nuestros viaje juntos ha terminado y cada uno se encaminara en un rumbo diferente. Debemos recordar que no es un adiós, sino un hasta pronto.
Increible!Ojalà yo hubiera escuchado un discurso al menos la mitad de inspirado en mi graduación de la prepa.
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