Hoy mientras
caminaba vi bolsas de basura tiradas por la calle. A lo lejos parecía que
formaban la figura de un vagabundo acostado en el pasto. Cuando me encontraba a
pocos pasos del Vagabasura, empezó a hablarme. Primero era un susurro que
apenas escuchaba el viento, luego gritos
que exigían mi atención. Me acerqué un poco con precaución, no fuera a pasar
que me llenara de desechos alimenticios;
le pregunté insegura qué quería. Tomó aire y comenzó a recitar un poema. Para mi sorpresa, lo que decía el Vagabasura
era el primer poema de Mario Benedetti que leí, “Utopía”. Los versos retumbaron
en los recuerdos, “Sin querer me metí en
una utopía y no pude salir…” Me senté junto al Vagabasura a terminar de escuchar
el poema y disfrutar cada palabra, después volvería a seguir mi camino, sin pretensiones.
lunes, 23 de julio de 2012
domingo, 8 de julio de 2012
Un día de julio
Un mes, sí. Cuarenta
y seis días engañada. Treinta y cinco días en duda. No hay miradas todavía. Es más probable que
exista el Chupacabras a que tus palabras sean verdad. Quiero escribir pero es
mejor sentarse a ver morir la última flor.
¿Dónde quedó lo que fue? Cierto, se lo llevó el viento.
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