Un mes, sí. Cuarenta
y seis días engañada. Treinta y cinco días en duda. No hay miradas todavía. Es más probable que
exista el Chupacabras a que tus palabras sean verdad. Quiero escribir pero es
mejor sentarse a ver morir la última flor.
¿Dónde quedó lo que fue? Cierto, se lo llevó el viento.
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